Intento soportar la noche más cálida que recuerdo en un viejo cuchitril, el viejo ventilador se apaga y enciende a su antojo, y de mi cara caen gotas de sudor que forman un pequeño charco en el suelo, y entonces suena el teléfono, por primera vez en mucho tiempo.
Soy un solitario, nunca recibo llamadas, descuelgo el teléfono, oigo su voz, no puede ser que otra vez me ocurra esto.
Hace dos años de la última vez, y aún hoy estoy roto por dentro. Lo fue todo para mí, lo sigue siendo, eso es lo que me da miedo. Me pide ayuda, me dice que sólo yo puedo salvarla, me dice que me quiere, que esta vez todo será diferente.
Me dice que van a por ella, que nadie más se puede enterar, que soy su última esperanza, me dice donde está, me cuelga, no me da ninguna explicación más, nunca lo hará.
Paseo inquieto por la habitación, le doy mil vueltas a la cabeza, me digo que no debo caer, que me destrozará otra vez, me digo que no me importa lo que le pase, me intento engañar, ni por un segundo lo consigo lograr, me visto rápido, mañana estaré destrozado, hoy eso ya me da igual.
Tomo las llaves del coche, es un descapotable, soy un estúpido, debo llegar muy rápido. En la guantilla está mi revolver, cuando ella me llama, siempre puede ser necesario.
Llego a su casa, la puerta está abierta y ella ahí está sentada, está tranquila, como si no ocurriera nada, se levanta, me mira, me besa , me abraza, me dice que ya es la hora, mientras se empiezan a escuchar sirenas. No se que ocurre, nunca lo sabré, pero con su beso me basta para no preguntar, y sólo actuar.
Le digo que se esconda, mientras el primero que entra se lleva de regalo en su estómago una de mis balas. Son varios pero ya nada me importa. No son unos cualquieras, son gente preparada, yo sigo disparando, ellos siguen cayendo, ellos siguen muriendo.
La tomo de la mano, le digo que nos vayamos rápido, al amanecer saldrá el tren, y nunca más nadie nos podrá volver a ver. Mientras tanto pasaremos la noche en un motel.
Me da las gracias, de muchas maneras, en estos momentos pienso que todo mereció la pena.
Está amaneciendo, sube al tren, me dispongo a subir con ella yo también, me para con su mano, me dice que no puedo ir con ella, me besa y me dice hasta luego, sé que habrá momentos en que hubiera preferido un adiós. El tren arranca, y a ella la veo por la ventana, ni por un instante me mira mientras se aleja el tren.
Me prometo que no me volverá a ocurrir, me intento engañar, ni por un segundo lo consigo lograr, cuando me llame me volverá a destrozar, cuando me llame, ahí estaré una vez más.
Me dice que soy un cabrón, me dice que me arrepentiré toda la vida, me dice que sin ella no soy nadie, me dice que como me atrevo,me dice que nunca conseguiré a nadie como ella, me dice que me lo piense bien, me dice que al menos lo intentemos una vez más , me dice que cambiará, me dice que no la desprecie, me dice que a partir de ahora ya nada será igual, me dice que me odia , me dice que me ama, me dice que no me vaya... mientras me llevo un cigarro a mi boca y la miro con indiferencia le digo lo que durante tanto tiempo deseé decirle: ADIOS
Me echo el pitillo a la boca como si la situación no fuera conmigo, levanto el sombrero mirándoles con indiferencia, y uno de ellos me dice que no se me ocurra intentar nada, que contra cuatro no tengo nada que hacer. Acto seguido de ver como cae uno de ellos al suelo mientras de mi revolver sale ese humillo que tanto me gusta , contesto que contra tres mis opciones empiezan a crecer.
Abro los ojos, no recuerdo nada, no se quién soy, ni dónde estoy, tan sólo sé que siento dos cosas en mi estómago, una bala que me está matando, y una sensación fría que me dice que nada va a terminar bien. Por momentos me desvanezco, me cuesta mantener los ojos abiertos, pero debo hacerlo. Veo un arma junto a mí , no dudo en tomarla, puede hacerme falta. Me intento levantar del suelo de este callejón, sólo a la tercera lo consigo. No sé si lograré resistir mucho más. Camino apoyándome sobre la pared dejando un rastro de sangre sobre ésta, cada paso que doy parece un kilómetro. Por fin escucho algo, saco fuerzas de donde no las tengo, quizá me puedan ayudar, avanzo hasta que por fin veo algo. Lo veo y no lo creo, cinco hombres apuntando a una mujer,y no sólo es una mujer, es la belleza hecha mujer, parezco estúpido, pero a pesar de la situación no puedo dejar de fijarme en sus ojos. Hago un esfuerzo y y me fijo en el arma, la manoseo, la siento mía, no recuerdo nada de mí, pero noto que yo sé manejar un arma como pocos. Miro mi estómago, y me digo, qué diablos!!!. Soy torpe, soy tosco, pero vaya que hago el trabajo, ni siquiera una bala en mi estómago me impide acabar con cada uno de ellos y saber que ella está a salvo. Ahora sí, la vuelvo a mirar, y ahora lo entiendo, ella debía estar conmigo y esos hombres a mi me dispararon, no sé que buscaban, pero no lo lograron. Se acerca a mí, me acaricia el pelo, me sonríe, me mata, otro disparo en el mismo sitio, ahora si recuerdo quién me lo ha dado. Me lo explica antes de que todo termine, quiere que me vaya al otro barrio sabiendo lo estúpido que soy, no le cuesta demasiado que así me sienta. Esos hombres eran mis compañeros del F.B.I, y ella era la mujer a la que llevábamos años buscando, y lo peor de todo, es que ni por un segundo dejo de poder fijarme en sus ojos, hasta que al fin, todo termina acabando.
Los dos caminan en direcciones opuestas, pero sus pasos cada vez son más lentos, pareciendo que no quieran avanzar más , a cada paso que se alejan más están juntos de nuevo, y cuando la distancia es tanta que se llegan a asustar, que el miedo les llena por completo, a la vez se dan la vuelta, se miran como esa primera vez que se miraron y corren el uno al otro nuevamente, un lo siento que ambos pronuncian a la vez... un beso que no quieren que termine nunca más.
No es un día cualquiera, me visto como nunca, me tomo mi tiempo, cada detalle por pequeño que parezca es importante, hoy consigo ser la mujer más irresistible del mundo.
Llego tarde, me gusta hacer esperar, entro por la puerta, un antro sucio y oscuro, es idóneo, nadie nos conoce, y todo el mundo anda demasiado borracho para acordarse de lo que pueda ocurrir hoy entre nosotros.
Le veo , le ignoro, paso por delante de donde está sentado, pero no le digo nada, noto su tensión, me gusta notarla, voy a la barra, pido whisky para él y para mí un refresco, él debe beber ,yo no.
Pasa un rato, me acerco a su mesa, me siento pegada a él, casi somos uno, es imposible estarlo más, me dice que soy mala, que eso le gusta, está nervioso.
Pasan las horas, la tensión se acelera, ahora me dice que esto no está bien pero que me quiere ,que me desea, que no sabe lo que le he dado, me dice que le acompañe al baño, que seré suya. No me niego ,nadie lo haría
Aquí estamos, sin duda no es algo romántico pero me besa con locura, es el momento, ahora o nunca . Tan sólo un disparo, la alta música que suena en el antro lo oculta, guardo el revolver mientras él se desploma en mis brazos, ni un instante hasta el final deja de mirarme , su mirada me dice que no entiende nada; en realidad yo tampoco entiendo demasiado, pero no lo necesito , su mujer me pagó bien , y yo nunca pregunto ,tan sólo digo, un trabajo siempre es un trabajo. Aquí el relato narrado:
Recibo un bofetón que me hace perder la conciencia por un momento, los golpes se suceden uno tras otro. Según voy cayendo al suelo en cámara lenta me pregunto que vi en él hace ya tanto tiempo...me cuestiono el cómo llegue a esto ... maldito cabrón, por qué me enamoré de ti; y es justo en ese instante cuando veo a un ángel... cuando le veo, mi niño disfrazado de Spiderman en posición de pelea ,diciéndole que se detenga o se atenga a las consecuencias, y mientras yo sólo lloro... como nunca antes he llorado.
Es difícil ponerse guapo cuando dios no quiso que lo seas, pero lo intento , el sueldo de un mes en el mejor traje que he encontrado ,la ocasión lo merece, y supongo que para los tres tipos que me amenazan también. Pandilleros, peligrosos, demasiado locos para poderlos controlar, demasiado tontos para poderlos analizar. Cualquier otro día me hubiera dado incluso igual...hoy no, me espera una chica después de 34 años , con mi rostro no creo haya otra oportunidad , ni siquiera esas navajas lo impedirán. Me piden el reloj, me piden la pulsera que he comprado para ella, incluso me piden el traje ... sólo reciben un puñetazo , el primero que he dado en mi vida, aunque recibí años atrás en la escuela muchos para aprender algo del mecanismo de como darlos. Los golpes de ellos se suceden, caigo al suelo sin remedio, pero es una caída limpia, mi rostro y el traje siguen impolutos,gracias a dios la cita aún se puede llevar a cabo. Me levanto como una flecha, y mi valentía les hace temer algo que no pensaban haber encontrado, porque sin mucha técnica uno de ellos se lleva un tanque en forma de puñetazo, y sin saber mucho ni como, el otro se lleva un codazo que ante mi sorpresa le hace huir despavorido como un rayo. Aunque no tengo tanta suerte cuando en mi abdomen siento algo gélido, que me asusta, que por un segundo me detiene, afilado... y el mundo se detiene, y solo pienso en la sonrisa de esa chica, y en algo más quizá, el ser un caballero no me quita la imagen de que quizá con ella por primera vez esta noche pase algo más... y saco fuerzas de donde no existen sacando el cuchillo de mi abdomen y no dudo en utilizarlo. Todo ocurre muy rápido, sólo se que ellos están en el suelo , y yo aun tengo la oportunidad de a mi cita llegar. Cubro la sangre de mi abdomen abrochándome la chaqueta... quizá aun este a tiempo, corro con esfuerzo hacia el lugar del encuentro y a lo lejos la veo... no se si es el mareo o la ilusión, pero es mas guapa incluso de lo que había recordado. Y siendo el hombre más feliz del mundo le digo que por fin he llegado... siendo ella la mujer más enfadada del mundo me manda a la mierda, y me dice que nadie le hace esperar... nadie. No me da tiempo a darle ninguna explicación más. Sólo veo como se aleja de mi mientras me llevo una mano a la herida llena de sangre ;voy cayendo al suelo como si fuera a cámara lenta y río , río sin parar mientras todo se vuelve negro, aún más negro.
No será nunca como yo, no es real... en cambio su caricia en mi cuerpo me estremece, su fornido cuerpo, su olor...su calor. Me dice que me quiere... que me desea, y yo lo noto... de varias formas. Me olvido de todo... me hace olvidar, como no lo haría ningún otro, me hace no pensar, o pensar demasiado, pero ambos caminos me llevan a otro beso apasionado. Las dudas se disipan, me desnuda, me quiere hacer suya, y justo antes, cuando las miradas de ambos se entrelazan, cuando a punto está de hacerme lo que más deseo que me haga se para, me mira sin pestañear durante más de cinco segundos y una voz robótica que en nada se parece a la que instantes atrás me declaraba amor me dice "Unidad 2596 detenida por programación debido a peligro de cruzar límite como usted indicó", y un instante después se desconecta sobre mis brazos, sobre mi cuerpo, con los ojos cerrados, como si sólo durmiera, y yo lloro sabiendo que no es la primera vez, sabiendo que no será la última .
