martes, 12 de agosto de 2014

Relato de artista invitado: LA NOVATA

Hoy tenemos la suerte de tener un relato de Juan D. Fuentes como artista invitado. Muchas gracias por dejarme subir tu relato a Relatos de caballeros y princesas de hoy en día. Ahí os lo dejamos.

Sigue a mi lado, se hace la dormida tendida de espaldas a mí, aunque aún jadea. Me sigue enseñando ese cuerpo de infarto que en una sola noche conozco a la perfección. Ha estado bien, muy bien. No es primeriza pero sí que se le nota novata… quizá sea demasiado joven aún…

Ha llegado el momento pienso. Con la camisa aún abierta y las botas sin atar abro la puerta de su habitación cuando oigo cómo se carga un Smith & Wesson 60. Excelente arma, me confirma su buen gusto… Kurt te envía saludos, me dice.

 Aprieta el gatillo y sólo su sorpresa es más grande que el silencio en aquella habitación… Las he dejado en la mesilla, le digo. No es conveniente dejar a una chica de estas características indefensa. Mientras bajo por las escaleras no puedo evitar pensar dos cosas: Que tengo que hacerle la última visita a Kurt y que si la dejo con vida volverá a por mí otra noche… Bien… que sea pronto.

 

domingo, 10 de agosto de 2014

LA MELODÍA


Una vida sin mérito alguno, la mediocridad me absorbe, empiezo a tener claro que el final es el camino

La brisa me acompaña en tan cálido día. No estoy nervioso, sin embargo la sensación de mi estómago no dice lo mismo. Paseo sin rumbo, me llego a perder, sólo busco un sitio en el que nadie me pueda detener, aunque en realidad no creo que exista alguien que lo desee hacer


En mi cabeza me acompaña una melodía de una canción que no consigo recordar. Que más da, lo que importa es que mi revolver está cargado para que todo termine ya.


El sitio es idóneo, sólo el revolver y yo, y aquella melodía que no sé por qué suena en mi interior. Me preparo, pienso que será rápido, un instante y el sufrimiento no volverá jamás. Aprieto con fuerza el puño de la pistola, la acerco a mi sien, tan sólo un segundo y todo acabará... sin embargo escucho un grito y no se de quién será. Parece venir de un callejón cercano, siguen los gritos, cada vez son más notorios... no me dejan escuchar mi canción.


Una mujer indefensa, hombres armados que más parecen monstruos, la manosean e incluso olisquean como si de animales se tratasen. Pobre mujer, tan sólo un mediocre la puede salvar, pero en este caso un mediocre con revolver y que la muerte ya le da igual .


Me creo Bruce Willis, me olvido de todo, no sé ni a cuantos disparo, pero sé que lo hago, mato a uno, mato a otro, pierdo la cuenta, hoy no soy un mediocre, hoy soy el puto amo, recibo también disparos. Nada me detiene, termino el trabajo, ella está a salvo. Caigo de rodillas, a la vez que vuelvo a escuchar aquella melodía, ya no hay gritos. Ella se acerca a mí con lagrimas en sus ojos, me dice que soy especial, que ningún otro hubiera hecho algo igual, me dice que lo siente, incluso me dice que me quiere. Empiezo a no ver nada, aquello que buscaba parece que ya llega, pero hoy no soy mediocre , y tan sólo lamento dos cosas, que todo acabe sin saber nada de ella y no recordar el nombre de aquella canción. Cierro los ojos, ya todo acabó.


 

lunes, 4 de agosto de 2014

Mis diez amigos (1)

La beso, le digo que es un regalo, el mejor que obtuve en mil años, le digo que empiezo a creer en Dios, por aquel que ella lleva más de diez años dando su vida, sólo él podría haber creado algo tan bello... duda, llora, pero no aguanta, se abandona en la cama para que le de los mayores placeres, para conocer el verdadero cielo... lo conoce sin duda alguna.

Me dice que me ama como nunca ha amado, ni siquiera a Dios lo ha querido así... él no le pudo dar un placer como el que anoche pudo vivir; me dice que dejará todo , que cambiará su vida; me abraza, me besa, me mira, un beso eterno que certifica la unión que yo quiero. Me comenta sobre su hermano, el único familiar que le queda... me lo debe presentar , es muy importante para ella, y si lo es para ella lo es para mi, me dice que le caeré bien, que no tenga miedo, que es muy protector con ella, pero que le encantaré... seguro que lo haré.

El hermanísimo es un tipo grande, vive en un autentico palacio, la seguridad es mayor que en la casa blanca, , y entonces me ve, y se queda atónito ... no se que le pasa, no soy tan feo. No sabe como reaccionar, me dice que no lo podía imaginar, los dos miembros de seguridad que le acompañan en la habitación intentan sacar revólveres pero nadie es más rápido que yo, ni Clint Eastwood en la trilogía del dólar lo sería, y por tanto caen antes de que ni desenfunden.

Con el hermanísimo tardo algo más mientras mi bella monja no entiende nada. Mientras le apunto a la cabeza, le digo a ella que no había otra forma de entrar en esta fortaleza, que tengo mis motivos, que Dios no es vengativo pero que creo lo entendería si le contara la historia... le apunto en la sien, mientras el tipo solloza y me dice que no pudo hacer nada, que estuvo obligado a hacer lo que hizo... le digo que a mi nadie me obliga, y que si puedo hacer algo, mientras suena un estruendo en forma de bala y él cae al suelo con la cabeza destrozada llenando todo de sangre, quedan nueve más.

Ella llora mientras lo abraza, me maldice ... me odia... le digo que qué maneras son esas para una mujer de Dios, que me confieso, que rezaré tres padres nuestros, y que no llore, que la utilicé pero le hice pasar el mejor rato de su vida, que cuando me odie mucho recuerde eso ... ya sólo me queda mandarle un beso.

Tacho de mi lista el primer nombre... quedan nueve, sufrirán... lo pagarán, pero sobre todo... morirán.